
LA CARRERA AÉREA PARÍS-MADRID DE 1911
ANTECEDENTES El hombre ha sentido siempre un afán por volar, por subir a las alturas y desde allí adquirir una nueva visión del planeta Tierra. Para ello se fija en las aves y, al ver que éstas vuelan gracias a las alas, trata de imitarlas con unas alas artificiales. Así surge la leyenda de Ícaro, que se pegó unas alas con cera al cuerpo y consiguió elevarse tanto que el calor del sol derritió la cera y las alas se desprendieron. En la Torre Galata de Estambul hay una lápida conmemorativa de un vuelo que hizo un…
LA CARRERA AÉREA PARÍS-MADRID DE 1911 (Francisco Aracil Sempere) (PDF) (6 páginas)