LA IDEA DE CREAR UNA ACADEMIA DE FILATELIA

La idea que inspiró la creación de una Academia de Filatelia surgió en el II Congreso  Filatélico Nacional, celebrado en Barcelona en mayo de 1930. La iniciativa, propuesta por Pedro Monge Pineda, uno de los grandes eruditos de la filatelia española, habría de esperar hasta  1978 para cristalizar en gozosa realidad. La constancia de su promotor logró que en el III Congreso Nacional de Filatelia, celebrado en 1950 con motivo del Centenario del sello español, se designase una comisión gestora integrada por personalidades tan relevantes como el propio Monge, José María Francés, Manuel Gálvez, Vicente Juan Senabre,  Antonio de Guezala, Ramón Ruiz de Arcaute, Ángel Carrasco, el doctor Trino Maciá, José Majó Tocabens, Tomás Monclús, Salvador Palau Rabasó, Antonio Roig y Francisco del Tarré. Fue elegido presidente indiscutido Pedro Monge, y secretario el doctor Trino Maciá, quienes redactaron los estatutos y el reglamento, textos que fueron sometidos a la asamblea nacional, celebrada en Murcia en 1954, que los aprobó. La documentación tramitada en el entonces Ministerio de Educación Nacional, desde donde fue remitida al Gobierno Civil de Barcelona para su información, no obtuvo el dictamen favorable por razones totalmente ajenas a la Filatelia. Lejos de arredrarse, Monge, apoyado por el nuevo secretario, Juan de Linares, formó en 1960 una asociación integrada por todos los periodistas filatélicos con sección fija en la prensa barcelonesa y en las revistas especializadas, que sí alcanzó de la autoridad competente el reconocimiento legal y vio la luz con el nombre de Asociación Hispánica de Publicistas Filatélicos y Numismáticos (AHPFN). En ese empeño, sin ver coronada su nueva obra, moría en 1965 Pedro Monge.

No obstante, a partir de la AHPFN se revitalizó la iniciativa de creación de la Academia. La celebración en Madrid de “Espamer 1973”, con asistencia de numerosos representantes hispanoamericanos, permitió redactar en la asamblea general de la AHPFN la Declaración de Madrid, en la que se acordó “promover la creación de la Academia Hispánica de las Artes, Letras y Ciencias Filatélicas, para cuyo efecto se designará una Comisión encargada de redactar su proyecto de estatuto constitutivo”.  Integraron la comisión, con el presidente de la AHPFN, Juan de Linares, los asociados Francisco Rico, en calidad de secretario; y como vocales, Manuel R. Rodríguez-Germes, Luis María Lorente, Julio Haeffner, Francisco Massísino y Emilio Obregón. Se consultaron todos los antecedentes y, una vez preparados los textos, fueron presentados en la Asamblea general celebrada en Sevilla el 17-10-1974. En dicha asamblea fue elegida nueva directiva, presidida por Andrés Grifol, quien tomó en sus manos el buen fin de la Academia.  Los estatutos constituyentes no se pudieron presentar, como se pretendía, durante la Exposición Mundial “España’75”, celebrada en Madrid, pero sí se hizo en abril de1976 en Barcelona.

LA ACADEMIA, LEGALIZADA

A  la comisión gestora compuesta por Grifol, Rodríguez-Germes, Lorente, Haeffner  y  Guinovart le cupo la satisfacción de vencer las últimas dificultades y ver legalizada el 27-5-1977 la tanto tiempo deseada Academia Hispánica de Filatelia, con sede en Barcelona. La Academia fue inscrita en el Registro de Asociaciones, y entre sus fines figuraba “el estudio y difusión de la filatelia en toda su extensión y en todo lo que a ella se refiere, pero dedicando todo su interés a los sellos de España, los que utilizaron sus dependencias postales tanto en África como en América (Puerto Rico y Cuba) y Filipinas, así como los del Principado de Andorra”.

El 13-5-1978 se celebró en Madrid la sesión constitutiva de la Academia Hispánica de Filatelia, se eligió la primera junta de gobierno y tomaron posesión sus 17 miembros fundadores. Los académicos  electos, con indicación de sus cargos en la junta de gobierno, fueron los siguientes: presidente, Jorge Guinovart Vidal;  vicepresidente, Luis María Lorente Rodrigáñez; secretario, Francisco Graus Fontova; tesorero, Andrés Grifol  Foix; archivero-bibliotecario, Juan de Linares Castilla; vocales, Elías Casal Gari, Julio Haeffner, Ángel Laiz Castro y Manuel Tizón Duclaud. Los restantes académicos electos fueron Luis Cervera Vera, Tomás Dasí Giménez, José María Gomis Seguí, Francisco Lecha Luzzati, Francisco Massísimo González-Flori, Pedro Monge García de Noceda, Emilio Obregón, AntonIo Perpiñá Cebriá y Manuel R. Rodríguez-Germes.

El 4-7-1980, en el Museo Marítimo de Barcelona, se celebraba la primera y solemne junta general extraordinaria de la nueva corporación. Allí fue investido presidente Jorge Guinovart, leyó su discurso de ingreso Juan de Linares, nuevo secretario de la Academia, y se presentaron los discursos de otros siete miembros electos, todos los cuales tomaron posesión como académicos de número y recibieron las medallas acreditativas. En 1983 se publica el volumen inicial de los Discursos Académicos, que contenía los trece primeros.

En la década de los ochenta se inicia un proceso de ralentización de las actividades académicas, en parte por la larga enfermedad y fallecimiento en 1989 de su secretario, Juan de Linares, cofundador y alma de la Academia. Andrés García Pascual asume la secretaría y reactiva el ritmo de publicación de los discursos, y en 1992 se acuerda trasladar el domicilio social de la Academia de Barcelona a Madrid. Cuando problemas de salud alejaron de la presidencia a Guinovart  en 1997, fue nombrado presidente de honor con carácter vitalicio y le sustituyó el anterior vicepresidente, Enrique Martín de Bustamante.

ACUERDO CON CORREOS

El gran cambio llegaría en 1999, cuando la Academia estrena  sede propia en pleno corazón de Madrid, en la calle Mayor, fruto de los acuerdos firmados con la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, y se producen incorporaciones  significativas en su  directiva. Ese año fallece Jorge Guinovart  y Luis Alemany es elegido vicepresidente. Se crean comisiones de trabajo, se elige una nueva junta de gobierno y se emprende la redacción de unos nuevos estatutos y reglamento de régimen interior, que son aprobados en junta extraordinaria. La Academia crea su propia biblioteca, que recibe el nombre de Juan de Linares. A partir de ese momento, la inestimable ayuda del Correo español posibilita también el editar la revista Academvs, órgano oficial de expresión de la Academia, cuyo primer número ve la luz en mayo de 2001.

Al cumplirse el XXV aniversario de la creación de la Academia, en 2003, Correos le dedica un sello conmemorativo que reproduce el emblema de la Corporación. Su presentación tiene lugar en un solemne acto celebrado en Granada, en el seno de “Exfilna 2003”. En diciembre de ese año, Martín de Bustamante renuncia al cargo de presidente por razones de salud, y es elegido presidente de honor. Para sustituirle es elegido Ramón Cortés de Haro, permaneciendo Alemany en la vicepresidencia. La Academia experimenta nuevas incorporaciones nacionales y extranjeras que permiten reactivar sus comisiones de trabajo y fortalecen su prestigio y actividad. También ingresan como miembros correspondientes las primeras mujeres, de nacionalidades suiza, francesa e inglesa.

En el programa de actividades conmemorativas del XXV aniversario, la Academia organizó un importante Seminario de Cartografía e Historia postal, que se abrió en octubre de 2004 en la Biblioteca Nacional y a la que se presentaron doce ponencias. Finalmente, en septiembre de 2006, S.M. el Rey otorga el título de Real a la Academia Hispánica de Filatelia. En esos momentos, la Corporación contaba con cuatro académicos de honor, 38 numerarios, ocho electos y 25 correspondientes, la mayoría de países iberoamericanos. En 2010, la RAHF aprobó sus nuevos estatutos.

En estos momentos, la Real Academia Hispánica de Filatelia está compuesta por 2 Académicos de Honor, 38 de Número, 7 Electos (en espera de la lectura de su Discurso de ingreso) y 30 Correspondientes que pertenecen a 24 países diferentes, en su gran mayoría, aparte de los españoles, a la América Hispana.

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