
In memoriam. Salvador Bofarull Planas
Siempre es triste saber que otro amigo nos ha dejado para siempre. Salvador Bofarull tenía una personalidad polivalente, docta y humilde. Sabía de todo pero no hacía alarde de ello a no ser que le aguijonearas. Su longeva presencia en el mundo de la filatelia y de la historia postal, y sus innumerables viajes por el extranjero, proporcionaban sabrosas noticias y anécdotas que vertía en las conferencias con que nos regalaba a su vuelta. Fue incuestionable leader de la historia postal más extravagante, como la del correo con abejas, por camellos, por perros, por palomas mensajeras, o las tenebrosas cartas bomba, entre otros.
Su talante moderado y educado atemperó algunas reuniones filatélicas en que las aguas llegaron a agitarse en demasía. Tenía caché e hidalguía, y postulaba con el mismo aplomo que el Ingenioso Hidalgo cuando se dirigía a Sancho Panza.
Nos conocimos hace 48 años, en la Feria del Sello de la Plaza Mayor de 1973, y desde entonces menudearon nuestros encuentros en Sofima, allá en las lindes de la Calle Mayor con Bailén, y muchos más en nuestros respectivos hogares. De Salvador Bofarull recibí recuerdos de sus periplos allende las fronteras, que ahora adornan y decoran algunas de mis colecciones no filatélicas.
Tuve el honor de introducir al público su libro escrito en lengua inglesa “Pigeon Mail through History” en 2001, editado por The Stuart Rossiter Trust Fund, que presenté al año siguiente en el Museo Postal de Madrid.
Salvador, no te has atrevido a llegar al centenario, quizás porque visto lo visto, no merecía la pena. Quienes te apreciábamos y admirábamos, que somos muchos, seguiremos hablando de ti y de tus aventuras a lo Marco Polo, que a tu retorno nos dejaban siempre boquiabiertos.
Salvador, recibe nuestros nutridos abrazos y no ceses de investigar cómo funciona el correo allá donde te encuentres. Ya nos lo irás contando según nos vayamos reuniendo contigo.
Un fuerte abrazo.
José Manuel Grandela
Académico de Número.